Daniel Kahneman, el conocido psicólogo y premio Nobel, especializado en la economía conductual, nos explica que las metas que nos marcamos son puntos de referencia a partir de ese momento. Todo lo valoramos hasta llegar ahí, pero lo que pase de ese punto, deja de tener nuestro interés.

En su libro, Piensa rápido, piensa despacio, Kahneman nos explica el caso de los taxistas de Nueva York. Se fijan ellos mismos una meta diaria del dinero en carreras que tienen que hacer y dan vueltas y vueltas hasta que lo consiguen y se van a casa. En los días malos esto se traduce en jornadas agotadoras que no acaban nunca, pero en los días lluviosos la gente usa mucho más el taxi en lugar de caminar. Durante esos días de fuertes precipicitaciones, consiguen llegar a su meta pronto y se van pronto a casa a descansar (lo que hará que dejen de haber taxis disponibles y estos sean más escasos y demandados).

Si nos paramos a pensar un poco, veríamos que sería mejor hacer jornadas largas durante los días lluviosos, donde conseguiríamos dinero rápido, pero podríamos irnos a casa temprano durante los días de poco movimiento. Estaríamos «comprando» así ratos de ocio a bajo precio.

La meta diaria que se ha fijado el taxista y la aversión a la pérdida hará que le horrorice quedar por debajo de la media que se ha propuesto y trabaje a destajo durante los días de pocas carreras. En cambio, no le preocuperá lo más mínimo que pueda estar dejando de ganar el dinero de todo una jornada en solo para de horas de un día lluvioso.

Fíjate metas para tus sprints, metas ambiciosas, no demasiado altas de forma que se convierta en ridículo intentar alcanzarlas, pero sí que supongan un reto, un buen logro si lo conseguimos. Si el trabajo sale bien y conseguimos rápido el objetivo principal del sprint, siempre tendremos algo más ahí por hacer y que nos ayudará a sumar todavía más puntos.

No lo conviertas tampoco en un drama si de vez en cuando el sprint sale mal y durante esas dos semanas no conseguimos gran cosa. No pasa nada, es uno de esos días lluviosos. Seguramente hubo algo complejo que se atravesó en nuestro camino. Una vez resuelto, durante las dos semanas siguientes, seguro que podremos sumar mucho más con el camino, ahora sí, más allanado.


Si te gustaron estos contenidos, probablemente te gusten también los de mi último libro con Anaya: Gestión de proyectos – Agilidad en la práctica. Puedes encontrarlo en Amazon, la Casa del Libro, la FNAC o en las librerías cerca de tu casa.

Libro Gestión de proyectos: Agilidad en la práctica de la colección Manuales Imprescindibles de Anaya Multimedia

Referencias:

  • Kahneman, D. (2017, enero). Pensar rápido, pensar despacio. Barcelona: Penguin Random House.