En alguna ocasión nos encontraremos con el experto en un campo que se resiste a cambiar y aprender lo nuevo que está llegando. Te dirá que es una moda, que ya pasará, que lo que él conoce no va a desaparecer nunca. «Es imprescindible ¡Ha sido así toda la vida!». Claro, lo ha sido toda «su» vida profesional, pero ahora que ya suma veinte años en el negocio las cosas comienzan a cambiar. Tendrá que salir de su zona de confort y dedicar parte de su tiempo libre a leer, estudiar y ponerse al día. Aprenderá nuevas formas de hacer las cosas que posiblemente pongan en entredicho la manera en la que siempre ha hecho su trabajo.
Esto no pasa solo ahora que tenemos ordenadores, móviles y robots que nos limpian la casa. Ha pasado siempre. Cuando el invento revolucionario de la época era el ferrocarril y éste comenzaba a llegar cada vez más lejos y más rápido, había gente que decía: «Los trenes van demasiado rápido, no es natural, como mucho, hay que ir como los caballos.» Había quién pedía incluso limitar la velocidad del ferrocarril a treinta kilómetros por hora. Una vez superada ampliamente esa barrera, se oían voces que proponían limitarlos a setenta «Porque los pulmones humanos no lo resistirían.»
Las primeras personas que se subían a un tren que podía alcanzar los cien kilómetros por hora, lo hacían con miedo. ¿Qué les podría pasar a esa velocidad? ¿Por qué podía pasarles algo a cien y no a noventa y siete o a ciento tres? Simplemente porque cien era una cifra redonda, una barrera imaginaria de tres dígitos que, por alguna razón, parecían relacionar con un límite físico humano.
Sitúese ahora en un futuro más o menos cercano en el que un ciudadano cualquiera se va a subir por primera vez a un taxi autónomo sin conductor. Para cuando esto comience a ser habitual, el número de accidentes, heridos o fallecidos por automóvil se habrá reducido drásticamente. Los sensores de cercanía, velocidad y la inteligencia colectiva de la nube o el Internet de las Cosas harán virtualmente imposible que podamos tener un accidente. Sin embargo, habrá mucho miedo. Habrán leído en las noticias que cerca de Islamabad uno de estos taxis cayó por un precipicio ¿Qué pensarás cuando te llegue una situación como esta? ¿Serás de los que participe activamente en esa revolución o de los que querrá que la prohíban?
Cambios y más cambios llegarán de forma continua y más rápida cada vez. Procure permanecer abierto a ellos para poder reaccionar y adaptarse a la nueva situación. Nuevos métodos y procesos van a aparecer, pero también a desaparecer; intente aprender y mejorar con todos ellos. Quedarse solo con lo que le explicó alguno de sus primeros profesores no le va a ayudar gran cosa en un mundo cambiante.