Con este principio se trata de evitar emplear los test de calidad sólo en la última fase del desarrollo. Para entonces podría ser demasiado tarde para darse cuenta de errores importantes y, con las prisas, esta fase es siempre la que se ve sacrificada para poder entregar “a tiempo”. Lean propone incorporar la calidad desde el principio del proceso y en cada fase del mismo para, en lugar de perseguir y buscar errores, intentar evitar cometerlos.
Otra de las grandes ventajas de incorporar los test de calidad a todo el proceso es que ayudan a medir el progreso real. Si se desarrolla el código sin testearlo llegará un momento en el que aparentemente se habrá llegado a un 100% del proceso de desarrollo. Sin embargo, en una última fase final de test podríamos llevarnos una desagradable sorpresa: Los errores son muchos y graves. Se habrá caído en la cuenta demasiado tarde para ver que el progreso no fue real y que hay que rehacer grandes partes del código.
Por otro lado, si se incorpora la calidad desde el inicio, se evitarán más errores lo que impedirá también el enmascarado de otros (Defect masking) que podrían estar ocultos por los primeros. Se llama enmascarado de errores a cuando la existencia de un error evita que se perciba la existencia de otros. En una aplicación web, difícilmente podrán verse los errores que contenga la segunda o terceras páginas si no puede accederse a la primera por un error que impide su visualización.
Lean recomienda fomentar en el equipo la importancia de la calidad en el trabajo. Esto se hace propiciando, por ejemplo, que todos los trabajadores participen en la realización de las pruebas. Les permitirá ver de primera mano donde fallan más habitualmente los productos, qué sucede cuando lo hacen y la mala impresión que puede dejar al cliente.