Si quieres construir un equipo sólido deberás ser tolerante con los fallos, con las peculiaridades de cada uno y animarlos a que prueben e intenten cosas. Deben saber que pueden hacerlo de forma tranquila, que no les va a pasar nada si algo sale mal, que están respaldados por todo el equipo.

Existe una especie de cultura en muchas empresas, a veces en la sociedad en general, en la que, cuando algo pasa, y se comete un error, todo el mundo busca un culpable. Se le busca, señala y encuentra para luego decidir que él o ella son los culpables de todo lo sucedido. A partir de ahí siempre quedará una mancha en la confianza en esa persona que la estigmatizará por mucho tiempo.

Esto crea un sistema en el que todo el mundo está más preocupado de no tener que tomar decisiones importantes, y no tan importantes, a menos que se lo ordene alguien y lo ponga además por escrito. Se escriben documentos y emails a todo el que pueda pintar algo en la decisión para que estén al tanto y manifiesten su visto bueno, pero estos no quieren comprometerse tampoco. Como resultado de todo esto, no se toman decisiones, nada se mueve, nada avanza y los departamentos legales o los consultores de seguridad, protección de datos o auditores en la empresa tienen un montón de consultas en sus despachos.

A esto en inglés se le llama la cultura del CYA (cover your ass). Si se usa una mano para cubrirse las espaldas, solo queda una disponible para trabajar. El equipo estará más ocupado buscando confirmación de los superiores, escribiendo documentos y correos con justificaciones, que en pensar la mejor forma de hacer el trabajo.

No se trata de que todo se tome a la ligera, siempre hay que adoptar alguna precaución, pero debemos admitir que, a pesar de eso, los problemas ocurren, los errores se cometen. Si cuando esto sucede, comenzamos a preguntar y preguntar sobre quién decidió esto, quién lo hizo o por qué, y así seguimos hasta sacar los colores a alguien, vamos a causar más problemas que beneficios. Nadie hará ni propondrá nada, solo se hará lo que el jefe haya indicado expresamente, pero ¿para qué hay un equipo entonces si cada pequeña acción la decide elgerente?

Si algo pasa, no hay problema, los errores se comenten todos los días. Todo el mundo se equivoca. Sí, tú también te equivocas. Por acción o por omisión ¿seguro que no cometes ningún error? Ya te aseguro que alguno cometes, si no fuera así, tu equipo o tu empresa serían líderes mundiales o irían camino de ello. Seguramente no es el caso.

Ayudará mucho si, cuando surge un problema, comienzas diciendo «Me equivoqué, es culpa mía ¿Me echan una mano?». Si eres el responsable del equipo, animarás a otros a que lo digan cuando ellos hayan metido la pata (y evitará que el problema se agrave porque lo están escondiendo). Crearás un clima de confianza y naturalidad que se notará en la productividad y el rendimiento, pero no solo eso, estarán más dispuestos a hacer un esfuerzo, ayudarte a solucionar el problema y sacarte del apuro.