Scrum y técnicas ágiles
llevan solo unos años siendo populares en España y ya se está hablando de Post-Agile o lo que vendrá después de la
moda de las técnicas ágiles ¡Si no hemos tenido tiempo de aprender Scrum y ya
lo están reemplazando! En realidad el
movimiento Post-Agile no pretende ser algo que sustituya a Scrum a Kanban o a
otras técnicas llamadas ‘ágiles’ sino que más bien intentan que no se pierda la filosofía que hay detrás.
He visto a muchos
profesionales preocupados por seguir todas y cada una de las reglas que se
definen en Scrum, usando pomposos nombres para sus reuniones y un montón de
tarjetas de colores para todo tipo de tareas posibles. Dicen cosas como ‘¿Qué no actualizas la gráfica burndown a diario?
Entonces tú no estás haciendo Scrum’
, ‘¿No
mantienes una Reunión de Retrospectiva después de cada demo? Eso no es Scrum’.

En algunos casos es
una especie de fundamentalismo del Scrum que afecta a los profesionales TI y
que a veces nos lleva a convertirnos en pequeños talibanes de nuestro lenguaje
de programación favorito o de la metodología que esté de moda en ese momento. En otros
casos es algo así con una enfermedad, Scrumbutphobia, como la denomina Henrik
Kniberg, conocida también como Scrumdamentalismo, y que se define como el miedo
a seguir mal Scrum.
Hay un concepto
divertido, que proviene de las artes marciales, en las que a las fases del
aprendizaje se las llama Shu Ha Ri. Este concepto explica que cuando se está
aprendiendo un arte marcial, y esto puede aplicarse a muchos otros campos, se
pasa por estas tres etapas. La primera, Shu,
en la que los aprendices sólo se siguen las reglas que les han enseñado. La
segunda, Ha, en la que aprenden a
adaptarlas para que les funcione mejor en sus condiciones particulares. La
última, Ri, cuando ya se conocen y
dominan las técnicas simplemente se ‘ignoran’
las reglas. Uno de los síntomas de los que padecen, o hemos padecido, la fobia
a hacer mal el Scrum, es la de estar atascados en Shu, la primera fase del aprendizaje.
«¡Que le den a las reglas! Las reglas son buenas al inicio, luego rómpelas cuando lo necesites»
Si tu meta es
entregar productos de calidad que sean verdaderamente útiles al cliente y no
tener que acudir continuamente al contrato a verificar si estás obligado a
hacer esa tarea. Si te olvidas un poco de porcentajes, de complejos procesos y de tanta herramienta para centrarte en
si estás mostrando periódicamente demos que funcionan (con algún error que otro) en lugar de powerpoints y barras de progreso, entonces creo que vas por buen
camino. No te preocupes si no cumples todas y cada una de las reglas de Scrum.