¿Cómo se llega a tener equipos de trabajo productivos y procesos eficientes? Pues supongo que como muchas otras cosas en la vida, dando un paso primero, luego otro, y aún otro más. No conozco la respuesta exacta a preguntas como esa, yo mismo me la hago. De lo que sí estoy seguro es que no se consigue intentado abarcar todo al mismo tiempo.
En muchas ocasiones, cuando nos dan una pequeña responsabilidad, en nuestro afán por querer hacer las cosas bien intentamos aplicar todas las buenas prácticas que conocemos y deslumbrar con nuestro buen hacer. Esto suele ser receta segura para el fracaso ¿estás preparado tú y tu equipo para llevar a cabo todo lo que
prometiste? ¿lo has hecho antes? ¿cómo sabes que puedes cumplirlo?
Tomar un montón de medidas al mismo tiempo sin esperar a ver los resultados positivos o negativos de cada una de ellas no te va a permitir saber qué funcionó y qué no o qué debe mejorarse. Las cosas sucederán en tu proyecto, para bien o para mal, pero no sabrás muy bien qué las produjo, o qué efecto tuvieron.
Cambiar de golpe todos y cada uno de los hábitos que existían hasta ese momento en un proyecto puede causar una sensación de confusión al equipo de trabajo que no tendrá tiempo de asimilar todos los cambios que has propuesto. Las nuevas medidas podrían terminar aplicándose mal o a medias, generar el rechazo de los compañeros de trabajo y descartarse porque no tuvieron la dedicación y el esfuerzo necesario para ver sus resultados. Además, incorporar a tu proyecto un montón de nuevas prácticas, herramientas y métodos de trabajo podría crear falsas expectativas sobre lo que vas a
hacer que posiblemente luego no puedas cumplir.
Asegúrate de que cumples los cuatro principios básicos de tu profesión antes de incorporar tecnologías innovadoras. Una vez los cumplas, añade una práctica nueva al nuevo proyecto que vas a comenzar. Si es posible hazlo en un proyecto pequeño y abordable. Ya se sabe, los experimentos con gaseosa (aplicar nuevas técnicas además de tener un coste también tiene un riesgo)
¿Ha funcionado? ¿ha ayudado a bajar los costes o mejorado la calidad? ¿seguro? ¿lo puedes demostrar? Si es así, ya tienes una nueva práctica en tu repertorio. Ahora, a por la siguiente.
¿No funcionó? Pruébalo, equivócate otra vez, equivócate de una mejor forma (Samuel Becket)