Debido a mi trabajo, por el blog o por lo que sea, estoy usando cada vez con más frecuencia muchas de esas palabras de moda como Ágil, Sprint, Historia de usuario, velocidad de la iteración o backlog del producto. He repasado algunas de mis entradas en este blog y lo veo lleno de expresiones un tanto huecas como ‘ser ágil’ o no serlo, aportar valor al producto o aceptar el cambio.

¿Qué significa realmente todo esto? ¿Qué es eso de ser ágil y por qué iba nadie a querer ser ágil? Esto de la agilidad es más una filosofía que un concepto claro y bien definido. Supongo que es una forma de ahorrar palabras y evitar tener que dar una definición completa de cada concepto cada vez que hablamos pero quien nos escuche debe estar pensando ¿qué diablos dice?

No sé si será suficiente pero quizás pueda aportar algo de luz utilizando la presentación de Henrik Kniberg en el Paris Scrum Gathering (échenle un vistazo, no tiene desperdicio) Pongo aquí un par de puntos que me parecen muy destacados:
Esta imagen de la torre Eiffel es bastante descriptiva por sí misma. Representa bien este balance entre el caos y la burocracia (exceso de documentación, formalismos o rigidez del contrato) Uno nunca se puede mantener un equilibrio perfecto, algunas veces te quemarás un poco y otras uno recibirá un pinchazo. Mientras se esté intentando no caer en la burocracia sin abrasarse mucho no iremos por muy mal camino.
Estas dos imágenes de arriba explican también de forma muy clara lo que significa ser ágil: ¿Alguien tiene una idea? Vamos a probarla, ¿son aburridas esas reuniones? ¿Probamos a quitarlas y vemos qué tal nos va?
Y por último, la idea que a mí más me gusta y la que, al mismo tiempo, me parece más divertida (aunque aún me falta para llegar a esto):