Evita las situaciones en las que te has quedado sin objetivos claros y no sabes qué hacer en el próximo sprint. Buscarás algo que darle al equipo para que no se quede parado, pero no se encuentra nada que hacer. Se ha terminado lo que han pedido y, por entretenerlos con algo, se deciden desarrollar funcionalidades que no se ha estudiado su viabilidad o su valor.
El resultado será código y funcionalidades que habrá que mantener, y mantenerlas tiene un coste, muchas veces oculto, pero un coste. Es el equivalente a los almacenes o estanterias llenas de stock de artículos que a nadie le interesan, ni secompran (son un desperdicio). Nos engañamos a nosotros mismos pensando que el trabajo que le damos tiene algún valor.
Podemos estar meses así, añadiendo funcionalidades al producto que no son más que un lastre o un coste adicional. Si a un producto le añadimos 40 000€ de coste, pero las ventas solo aumentan en 4 000€, solo habremos conseguido gastar diez euros por cada euro ganado.
Es mejor que dediquemos al equipos a investigar, a hacer spikes, a probar o crear MVPs. Con suerte encontraremos algo que aporte valor al cliente y que quiera comprar. Si el resultado de todas las propuestas que probaste no fue bueno, no apuestes tampoco por el MVP menos malo o por la idea que más te gusta a ti o más bonita te suena. La menos mala sigue siendo una mala idea.
Si no hay ideas o se han intentado todas las razonables, quizás sea el momento de abandonar tu producto, de apostar por otro. Si el equipo está unas semanas parado, investigando, o no haciendo nada productivo, probablemente sea mejor que desarrollando stock que vas a arrimar en una esquina de tus almacenes o repositorios virtuales.
No te cases con una idea solo porque es tuya o porque abandonarlo supone darte cuenta de que invertir ahí no fue buena idea. No te ciegues: todas las ideas no son grandes ideas. Busca otra, mejórala, mide y refínala, y quizás esta sí, sea la gran estrella de tu empresa. No dejes que un producto te deslumbre y te lleve a apostar todo por él, a hundirte con él.
No tienes por qué tener una sola bala para acertar en la diana, cuenta con varias opciones, con varios productos o varias funcionalidades. Tendrás más posibilidades de dar con la buena. ¿Prefieres contar con cinco flechas para acertar en la diana o tener un solo intento? Seguramente, a la tercera o cuarta flecha te hayas acercado más al blanco. Habrás aprendido lo que le gusta al cliente, lo que vende, lo que cuesta poco hacer, y tendrás ideas mucho más centradas en el mercado.