Si te saltaste todas las páginas de este libro para acceder a este capítulo, tienes un problema, quizás tú seas el incompetente.
De esta forma, más o menos, comienza el libro de Gabriel Ginebra, Gestión de incompetentes[1]. Fue una frase que me chocó cuando la leí nada más comenzar el libro. Reconozco que cuando vi el título del libro me llamó la atención inmediatamente y lo compré para leerlo.
El libro me hizo pensar si era yo el verdadero incompetente, el que no podía sacar los proyectos adelante. Todos tenemos nuestra forma de hacer las cosas, una forma que nos llevó a que nos colocaran en puestos de responsabilidad, pero no estaba seguro de que supiese llevar equipos de trabajo o si lo estaba haciendo realmente mal y encima les culpaba.
Cuando te toque trabajar en equipo o ayudarles a que sean más productivos, vas a tener que colaborar con todo tipo de compañeros; quizás unos más hábiles que otros, pero no tan exhaustivos como otros en su trabajo. Tendrás toda una gama de colores dentro de la productividad, calidad del trabajo, rendimiento, facilidad de trato o actitud. Nunca tendrás al equipo perfecto que trabaja sin desmayo y lo resuelve todo en minutos.
Tu empresa no es Google: no podrá tirar de talonario y dar condiciones de jeque árabe para contratar solo a los mejores. Aun así, aunque tuvieses muchísimo dinero, no podrás contar con todos ellos, nunca serán suficientes. Siempre habrá quien prefiera seguir trabajando donde está porque ya le pagan bien. Gente que va a la oficina cada día porque está contento con su jefe o con lo buena que es la comida en el bar de abajo y las charlas que tiene allí con sus compañeros.
Lamentablemente, el talento no crece debajo de los árboles. En cada rincón del país, en cada zona del mundo, alguien tiene la genial idea de crear un nuevo Silicon Valley. Se construye un campus enorme, se crean varios edificios muy modernos y se subvenciona fuertemente a las empresas que allí se sitúen. Sin embargo, pocas de estas iniciativas llegan a tener cifras de relevancia. Simplemente, no hay tanta gente con talento e iniciativa como para tener un Silicon Valley en cada ciudad del mundo. El talento está limitado.
Pero tu trabajo no es ese, trabajar con los
mejores puede hacerlo cualquiera. Lo difícil es obtener el mejor rendimiento de
los colaboradores y ese rendimiento solo se obtiene si se facilita la
cooperación, la armonía, la tranquilidad y la productividad. Quejarse
amargamente de que tus compañeros no son unos genios de la ingeniería o el
diseño, no te va a ayudar.
Este es un extracto del libro Gestión de proyectos: Agilidad en la práctica. Si quieres conocer más sobre este o algún otro de mis libros. Haz clic en la imagen para dirigirte a Amazon:

[1] Ginebra, Gabriel: Gestión de incompetentes, Libros de Cabecera, 2012