Como veremos más adelante en algún post posterior, el efecto Dunning-Kruger es aquel que hace que las personas con menos habilidades o inteligencia se sientan más competentes que el resto de sus colegas. Su falta de conocimientos hace que desconozcan lo que les falta para dominar la materia y se creen en control absoluto de la situación.
Algo así sucede cuando en una entrevista de selección se pregunta a alguien bueno “¿Sabes Java? (ponga aquí la tecnología o la técnica relevante para tu equipo)”. El entrevistado piensa en todo lo que ha leído y lo que le falta por aprender y nos dice: “Bueno… un poco”. Tiene noción de todos los libros que hay en el mercado sobre esto y de las que solo ha leído unos pocos o se compara con sus compañeros más sénior y piensa “Aún me queda mucho”.
Si pregunta a alguien no tan bueno, pero muy seguro de sí mismo puede que nos diga “Sí, soy muy bueno en eso”. Es posible que lo diga porque no tiene idea de todo lo que se ha escrito sobre la materia, ni se haya preocupado por averiguarlo. Nunca ha leído un blog ni ninguno de los libros de cabecera sobre Java y cree que, con los dos o tres años trabajando con esa tecnología, ya sabe todo lo que se necesita.
Le interesa trabajar con el primero de los entrevistados de este ejemplo. La humildad, cuando proviene de saber lo difícil que es hacer las cosas bien, es un atributo muy valioso. Aun cuando haga las cosas aceptablemente bien, siempre le quedará algún libro por leer o alguna charla a la que asistir con la que mejoraría terriblemente. Y esto es algo que saben los profesionales competentes.
En cambio, no se beneficiará tanto de trabajar con candidatos que no tengan dudas, o que crean saberlo todo en su campo. Huya del exceso de seguridad, desconfíe de aquel al que no le quede algo por aprender. Nunca hay decisiones acertadas al 100%, siempre habrá una contrapartida que pagar y usted quiere consigo a aquellos que valorarán los pros y los contras de cada decisión.
Incluso, si el candidato es novato o no muy experto, será bueno que sea capaz de saber ver que aún tiene mucho que mejorar. Admitirá los errores y tratará de corregirse y optimizar. A otros, el efecto Dunning-Kruger (lo veremos más adelante) no les permitirá ver en qué son malos. Pueden tender incluso a enfadarse o ignorar las correcciones que se les indican. Simplemente no entienden que puede haber mejores formas de hacer las cosas.