En inglés se usa el término soft skill para referirse a habilidades sociales como el trato agradable, el optimismo o la facilidad de comunicación (habilidades útiles en cualquier situación de la vida) En cambio usan el término hard skill para referirse a aquellas técnicas que aprendemos para poder realizar un trabajo: un lenguaje de programación, el plan contable de 2012 o un nuevo procedimiento para detectar la desnutrición hospitalaria.
SCRUM, PMP o cualquier metodología que elijamos, son hard skills. Nos enseñan una forma de trabajar, un conjunto de buenas prácticas y normas a seguir, útiles sin duda, pero si no se ponderan adecuadamente con el otro tipo de habilidades, la gestión de un proyecto y cualquier otra actividad que acometamos estaría seriamente comprometida.
Listados de soft skills necesarias para un gestor de proyectos las podemos encontrar en muchos sitios. Habilidades como el liderazgo, auto-control, capacidades de organización, negociación o comunicación son claramente muy útiles. Yo quiero hacer mención especial a dos que cada vez me parecen más importantes:
Coherencia
De nada vale que comencemos un proyecto con muchas ganas y propongamos al cliente un montón de herramientas de última tecnología, entregas semanales o memorias mensuales si con el paso del tiempo y las urgencias del trabajo diario comenzamos a relajar estos compromisos o la calidad de los mismos. El proyecto se resentirá por la falta de estas entregas pero lo más importante es que comenzaremos a perder la confianza y el crédito que nos ha dado nuestro cliente. Y si se cancela la línea de crédito ya sabemos lo que pasará.
Igual de importante es el crédito que nos dan nuestros compañeros de trabajo. Si prometemos libertad de decisión al equipo y la limitamos siempre que opinamos distinto o si la calidad es importante para nosotros pero deja de serlo cuando hay prisa, los niveles de calidad también dejarán de ser importantes para el resto del equipo. La línea que se ha trazado es cada vez más borrosa y pronto les dará igual hacia dónde se va esa línea.
Transparencia
Ocultar cosas nunca ha sido buena idea. Callar por qué se toman ciertas decisiones y esconder las verdaderas causas de los problemas no nos traerá más que problemas, aunque en el plazo inmediato consigamos escurrir el bulto.
No es necesario un desnudo integral pero explicar los problemas lo más claramente posible ayudará a mantener abierta nuestra línea de crédito. Si nuestro cliente comienza a intuir que no hemos sido claros y que en cierta forma no fuimos del todo honestos ¿por qué iba a confiar en nosotros cuando le expliquemos que la nueva funcionalidad es demasiado compleja y que necesitaríamos un par de semanas más para completarla?